«Vamos, mortales, despertaos: el día renace; la verdad regresa a la tierra y las vanas imágenes se desvanecen.»
Leopardi
Vladimir Jankélévitch
«Qué amarga es la verdad de la mañana. Qué decepcionante el despertar. Bien es verdad que al llegar la claridad del día se esfuman miedos ridículos y hechizos nocturnos; Estrella, Chiarina y Florestán desaparecen al sonar las seis en los campanarios de la ciudad; pero Chernogob, Kachtchei y los espíritus de las tinieblas del Monte Peladodesaparecen con ellos. Porque la fe declina al alba (Dostoievski, Demonios, II, 7, 1)… El país de las maravillas y los prodigios se extingue.