Suena el pandero y baila el oso – del blog de Manuel Bear

El politiqués es un lenguaje cuya característica principal es la fluidez de los significantes, que se deslizan sobre los significados, no para atraparlos sino para eludirlos. El politiqués es una serpiente cuyo sinuoso movimiento no persigue cazar a la presa sino dejar que escape hacia la oscuridad del bosque, lo que en semántica se llama la insignificancia. (…)

Don Sánchez carece de maña para envolver la realidad con el humo que sale de la lámpara de Aladino. La astucia felipesca le es ajena y donde su ancestro (y ahora enemigo) creaba una envolvente él va directo y a la cabeza. Un ejemplo de ahora mismo: véase la diferencia de estrategias desde aquel otan, de entrada no de cuando entonces a la carta del 2,1% de ahora. Aquella fue una gigantesca maniobra de distracción que comprometió a la voluntad de la ciudadanía a través de un referéndum forzado; en esta ocasión, ha sido un enfrentamiento en solitario del presidente del gobierno en un entorno hostil frente a un ogro de maneras canibalescas. Quizá el resultado sea el mismo porque ni don González ni don Sánchez están en condiciones de cumplir el deseo mayoritario de la sociedad española, que es salir de una organización militar diseñada para defender intereses que no son los propios y en la que el país tiene un papel subalterno. Y algo parecido podría decirse sobre la cuestión catalana. Compárese la protección subterránea que dio don González a don Jordi Pujol cuando este era investigado por la corrupción de bancacatalana a cambio de su apoyo político y el camino de la amnistía emprendido por don Sánchez. El resultado es el mismo: no se puede gobernar España sin Cataluña.  

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Suena el pandero y baila el oso