4×4. La incontenible venganza de los viejos piratas

En una secuencia de El sentido de la vida (Monty Python, 1983), los empleados de una veterana empresa de seguros –viseras y manguitos, plumas de tintero, expedientes en carpetas de cartoné y archivadores de madera en un edificio victoriano- se transmutan en piratas y armados de alfanjes, hachuelas y bitas de jarcia como cachiporras asaltan los rascacielos de acero y cristal donde anidan las compañías competidoras, en una coreografía de imágenes característica de Terry Gilliam.

Es imposible no sentirse reclamado por el recuerdo de estas imágenes cuando el visitante asiste a la exposición 4×4 en una sala de arte de esta remota ciudad subpirenaica. Cuatro veteranos artistas plásticos con más de cincuenta años de oficio –Pedro Osés, Javier Resano, Ernesto Murillo Simónides y Javier Mina-, boomerssesentayochistas o como quiera decirse, se han confabulado para ofrecer un envolvente muestrario de figuras, colores y fantasías visuales que componen una enmienda a la totalidad del helado vacío conceptual en el que ha derivado la pintura posmoderna, de la que el mismo espectador puede ver dos muestras a pocos pasos, en edificios del mismo recinto; una de estas parece dar la razón a los viejos piratas desde el título: Futuro cancelado. La pintura no va más allá y necesita volver sobre sus pasos para encontrar caminos que lleven a alguna parte.

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